lunes, 15 de junio de 2009

Compañero

He decidido usar tu cepillo de dientes, y es que me da una pena verlo solo allí junto a la jabonera, si, allí donde lo dejabas cada noche luego de tu extenso ritual de limpieza.

Lo he empezado a usar para que nos hagamos compañía, por lo menos frente al lavamanos somos dos y nos volvemos casi uno cuando lo pongo en mi boca y lo restriego para sacar las impurezas que se instalan en cada rincón, luego lo regreso a su sitio y volvemos a quedarnos solos, el en baño y yo el la sala, en el estudio o normalmente el cuarto.

Quiero convencerme que quizás usándolo el sabor de tu boca se quedará en la mía por una vez más, o tal vez el que tantas veces te ocupó guarde los secretos que no me contaste, es más, creo que si soy buena con el y mantengo mis visitas un par de veces al día, hablará, me los contará y entenderé por que no has vuelto.

No se si sea una locura más de las mías pero se que más tarde o más temprano lograré que te traicione y me cuente algunas cosas, lo único que me preocupa es que me diga que con tanta agua y jabón se le borraron los recuerdos y no sabe nada ti, pero está convencido de que también te extraña.

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