martes, 29 de octubre de 2013

Cincuenta Años


Ya  no se sí me ofreciste o pediste cincuenta años de vida juntos.

Cincuenta años,
Se leen rápido, a mi me parecen pocos,
y mientras tu me propones duplicarlos o hacerlos eternos,
yo me regodeo en risas pensando en esta vida tan descuidada, tan falta de sueño y de ti.

Medio siglo para leernos poemas de amor en la terraza,
cocinar platos extraños,
cambiar de país, de nacionalidad, de idioma,
discutir sobre el clima, la política o las forma en las que no nos besamos,
contar monedas, pagar deudas,  
o simplemente sorprendernos por el milagro de la vida y la muerte.

Diez lustros para hacer promesas, cumplirlas, romperlas, 
bailar boleros, mirarnos y dejar de mirarnos,
para dormir en una misma cama donde gatos y perros no pueden acompañarnos,
balancearnos en mecedoras,
amarnos, odiarnos, acariciarnos,  todo con la misma intensidad. 

Seiscientos meses para poblar una casa con niños que bailen y pinten en la estancia,
elegir platos que no compraremos, despedir a los amigos,
llorar, reír,
discutir sobre tus ambiciones o las ranuras del techo,
ignorarnos las arrugas, tus canas, mi mal genio. 

Dieciocho mil doscientos cincuenta días para...
desvelarnos y despertarnos haciendo el amor, o la guerra,
contemplarnos, darnos la espalda,
buscarnos, perdernos, encontrarnos,
orarle a Dios, pelearle a Dios,
descubrirnos, aburrirnos,
llenarnos de moho, de fotos, de recuerdos. 

Y aún sin saberlo, aquí están, aquí estoy, 
para dártelos o recibirlos, 
total,  
¿Cuanto pueden ser  cincuenta años amor mío?.  

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