La semana pasada recibí una oferta laboral nueva, que posiblemente mejore mi calidad de vida, me alegré y agradecí
a Dios por ello, sin embargo, la noche siguiente la alegría se me convirtió en
reflexión y luego en llanto, un nutrido grupo de artistas me recordaron que
#YoSoyVenezolana y la oferta que estaba recibiendo había llegado
porque estaba en otro país, si, llevo viviendo 6 años en otro
país, a veces olvido que no estoy en casa.
En estos años he estado
profundamente agradecida con Colombia, si, con ese vecino que cuando era niña
nadie quería, el que todos mirábamos con desdén y vergüenza, ese país
al que la guerra le ha costado sangre y dolor, pero que con la voluntad política
de muchos ha logrado encaminarse y darle a sus ciudadanos un mejor país
para vivir, pero ese no es el tema que me atañe, el tema no es Colombia, el
tema es Venezuela, por eso les quiero compartir algo de mi vida.
- Yo lo que quiero es
zapatear - le dije a mi mamá cuando regresábamos frustradamente de
una prueba p ara ingresar a estudiar gimnasia artística, yo tenía unos cinco años,
y es que cuando tienes esa edad eso se traduce en quiero bailar
joropo, en aquella época el flamenco no estaba de moda, así pues mis papás
que me inscribieron en la Escuela de Danzas Yolanda Moreno. Pasaron once años, y en medio de mi admiración por Yolanda y su hermana Patricia, me
gradué de bailarina de danza nacionalista en el otrora Sistema Nacional de
Danzas, es por eso que ahora entiendo porque cuando estoy nostálgica
de este lado de la frontera pongo a todo volumen un par de calipsos, un
zangueo, una gaita negra o un joropo, y como dicen en mi tierra,
cojo mínimo.
Pasó algún tiempo, crecí, me
gradué de periodista y en el 2001 cuando ejercía en mi primer trabajo, entre
disturbios y una larga jornada electoral universitaria conocí al que
fuera elegido ese día como presidente de la Federación de Centros de
Estudiantes de la Universidad de los Andes en Mérida, Tareck El Aissami,
el actual Gobernador del estado Aragua, pero también conocí el peligro del
ejercicio del periodismo, viví el miedo, sentí balas atravesar
patios y salones, ese miedo algo cambió en mí, y por destino o desatino años
después me dediqué a la publicidad, profesión que he ejercido hasta hoy.
En el año 2007 llegué a
Colombia con la excusa de haber obtenido una beca para Especializarme en
Gerencia de Mercadeo, buscaba un respiro a la situación en política que ya era
palpante y evidente en Venezuela, pensé que en 18 meses regresaría, pero
antes del año en Venezuela ya habían cerrado RCTV, la cosa se estaba poniendo
dura así que decidí quedarme, explorar opciones y
encontrar oportunidades, las hallé, y mi vida cambió, me convertí en
inmigrante; y me llené de ausencias, el inasistente se hizo constante,
empecé a perderme la navidad con la familia, el cumpleaños con los amigos, la
muerte mi abuela, el nacimiento de mis sobrinos, la boda de los compañeros
de siempre, en fin, empecé a perder mi vida en Venezuela, y eso no es chévere.
De este lado de la frontera
me reencontre con una de mis pasiones, la fotografía, volví a la universidad me
compré una cámara y empecé a disparar, para algunos tengo talento, para otros
no, pero ciertamente algunos locos me ha dado la oportunidad de exponer mis
fotos y curiosamente la primera vez que lo hice también fue en el extrajero,
pero representando a Colombia, yo, una venezolana era la cuota colombiana
en esa colectiva en Europa, y eso dolió, insisto, no es chévere.
Luego de manejar varias
marcas en Colombia, me entregaron el reto de sacar del anonimato la marca de la
empresa Oficial de Correos de Colombia, y lo hice, con mi equipo pusimos a
sonar a 4-72, en los últimos dos años le enseñe a un país que su empresa
entregaba lo mejor de sus sueños y sus proyectos, que estaba “entregando lo
mejor de los colombianos”, y ese a hasta la fecha, ha sido mi logro profesional
más importante, del que estoy muy orgullosa, luego de esto empecé a sentir que
había encontrado mi lugar en Colombia, a este punto y por fin algo me
pareció chévere.
Hace un par de días recibí una
llamada, me estaban ofreciendo manejar la campaña publicitaria de turismo del
país, que honor tan grande, un gran proyecto que estaría feliz de
sacar adelante, pero por la noche me senté a través del Internet, como
nos toca a los emigrantes, y vi repetición del acto que protagonizaron un
nutrido grupo artistas venezolanos en apoyo a Henrique Capriles, y la alegría
se me convirtió en llanto, y mientras los escuchaba y se me escurrían las lágrimas
recordé que no solo soy publicista, sino que aún soy bailarina, fotógrafa y por
encima de todo eso Soy venezolana, y me pregunté: ¿No debería estar yo creando
campañas para decirle a lo venezolanos que IPOSTEL entrega lo mejor o
invitando al mundo entero a visitar Venezuela? ¿No deberían estar
firmadas con un Venezolana todas mis fotos?.... Y llegó la respuesta: En
Venezuela el correo no funciona, la infraestructura turística tampoco, los
espacio de arte están limitados para los que se venden al gobierno y lo único
que se publicita es odio hacia quien piensa diferente, entonces reafirmé mi
posición y el 14 de abril El Flaco tiene mi voto, porque yo también
quiero un cambio, una sola Venezuela y una ganas locas de volver por las oportunidades que se me quedaron pendientes
hace seis años atrás, pero sobre todo, porque a mi ese país aún
duele y aunque esté lejos, tengo un eco que me retumba en el alma, y... parafraseando
a Gledys Ibarra repito “yo tengo un cartoncito plastificado que dice: #YoSoyVenezolana”.
4 comentarios:
Movis, sin palabras expectacular y las bendiciones llueven sobre ti.TQM
Excelente post... Ojalá un día puedas volver y hacerle publicidad a nuestro país, que se que volverá a ser hermoso.
Dios te bendiga paisana x dejar en alto a nuestro Pais, aunque circunstancialmente hayas representado al hermano territorio Colombiano, ellos se lo merecen x abrirle sus puertas a muchos coterraneos igual que lo hicimos los Venezolanos en tiempos no muy remotos para algunos... Viva Venezuela Viva Colombia y vivamos hermanados x siempre los ciudadanos de ambas naciones...
Que hermosa y triste realidad...es una paradoja dificil de asimilar..pues mientras surges como profesional dejas tu vida personal, familiar...atrás. ..
Yo soy Colombiana y vivo en Venezuela y no he podido ser más feliz porque no seria justo..pero he dejado atrás a mi familia..a todos esos momentos que dices claramente haberte perdido...pero nada es perfecto en el mundo...y esa no es la idea. ..La Idea es que vivas
donde vivas lo hagas porque fue una decisión que arropaste con esa emoción que no puedes explicar y
que el ver a tus familiares y amigos no se convierta en una odisea que se parece cada vez más a la de los cubanos que dan su vida x ver un día mas...pero lleno de sol y el amor de los suyos....te entiendo perfectamente..y DOY GRACIAS A DIOS PORQUE HAY UNA CONCIENCIA DE MEJOR FUTURO Y EL CAMINO ESTA DADO..TE ESPERAMOS PRONTO POR TU VENEZUELA AMADA!!!
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