Se que vi tus ojos, unas esferas que se fijaban sobre mi esta vez de una manera extraña, paralizados, entumecidos, como si la emoción o el asombro se hubieran apoderado de ellos. Tenían ganas de vaciarse, de desbordar esa laguna salada que por causa o motivo sube su nivel para demostrar que algún hilo escondido acababa de romperse.
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