miércoles, 2 de septiembre de 2009

Esa de allá…

A través de ti le di la bienvenida y la despedida a muchos pero no puedes saberlo porque no hablas ni tienes memoria. Tu que pareces tan fría y lejana has sido la más cálida y entrañable compañera.

Lástima que no tengas recuerdos, podríamos conversar de las tantas veces que resguardaste las ingenuas notas de amor que me dejaba aquel escurridizo niño, o de las desgarradoras escenas que protagonizaba en tus brazos cada tarde al ver partir a mi primer amor.

En la edad escolar me esperabas y te asegurabas que estuviera resguardada daba igual si el sol era inclemente o te empapaba el más torrencial aguacero, no me fallabas, estabas siempre allí, protectora.

Que bueno sería que como dos íntimas amigas habláramos de los personajes que con ayuda de tu hermético amigo sonoro anunciaban su llegada, como aquel que una noche se apareció con todo para una cena que luego los nervios no le dejaron comer, o ese otro que cada cuanto al sentirse solo le daba por llegar a ti y casi a golpes te exigía que me llevaras a su encuentro.

Sigo insistiendo, no es justo que no tengas memoria, así podríamos recordar sonrientes el suspiro que inspiraba ese bonito espécimen que me llevaba como caballero andante a tu regazo cada fin de año.

Tu la siempre pulcra, la vestida de blanco, la inmaculada fuiste testigo de tantas cosas que tendrías historias para contar en libros, pero supongo que aún sigues allí inamovible, silenciosa, discreta.

¡Que buena vaina amiga mía! que por ser sólo la metálica puerta del zaguán en la vieja casa materna ignores esta extraña melancolía que es por vos y sólo por vos…

Ve

Puedes perderte entre las nubes y entre los poros del papel,
o si lo prefieres,
en el sudor que sale de mis dedos mientras construyo estas líneas.
Buen viaje, ¡excelente viaje!,
Ve y desperdíciate,
extravía el tiempo, los rumbos y tus jóvenes ideas,
lárgate como se van al cielo las gotas que se evaporan al cesar la lluvia.
¿Le encontraste miedo al andar sin rumbos y caminar en círculos?
revuélcate en lo imposible, en lo insalvable, llénate de hastío,
cólmate de enormes y rotundas lágrimas hasta que parezcan verdadero llanto.
Confúndete de gozo, extravíate en la risa,
convérsale a las palmas de las manos y a la planta de tus pies,
y las pestañas,
y al ojo con el que miras la ventana por la que ya no te asomas;
borra de la memoria las palabras no dichas,
fatígate de los delirios,
y cuando agotado no puedas arrastrar ni una migaja del pan que se endureció en la mesa
regresa a este desorden donde se reconcilia la vida.

lunes, 15 de junio de 2009

Compañero

He decidido usar tu cepillo de dientes, y es que me da una pena verlo solo allí junto a la jabonera, si, allí donde lo dejabas cada noche luego de tu extenso ritual de limpieza.

Lo he empezado a usar para que nos hagamos compañía, por lo menos frente al lavamanos somos dos y nos volvemos casi uno cuando lo pongo en mi boca y lo restriego para sacar las impurezas que se instalan en cada rincón, luego lo regreso a su sitio y volvemos a quedarnos solos, el en baño y yo el la sala, en el estudio o normalmente el cuarto.

Quiero convencerme que quizás usándolo el sabor de tu boca se quedará en la mía por una vez más, o tal vez el que tantas veces te ocupó guarde los secretos que no me contaste, es más, creo que si soy buena con el y mantengo mis visitas un par de veces al día, hablará, me los contará y entenderé por que no has vuelto.

No se si sea una locura más de las mías pero se que más tarde o más temprano lograré que te traicione y me cuente algunas cosas, lo único que me preocupa es que me diga que con tanta agua y jabón se le borraron los recuerdos y no sabe nada ti, pero está convencido de que también te extraña.

Loca

Loca porque no pienso al decir, porque me creo en tu cama dentro de una fuente de inagotable agua y me regodeo como sirena de agua dulce.
 Bendita locura la mía que me hace ignorar que mundo sigue y gira, que camina con tu pie irreverente, no espera, sonríe y muere en tu andar. 
Dichosa yo que loca me he encontrado contigo y me hace feliz porque sólo bailo al ritmo de este desquicie acompasado que me permite tocarte cuando te dejas y yo me lo permito.

viernes, 24 de abril de 2009

Visita

Eres como animal que atraviesa bosques, sofocante, jadeante, te restriegas y me recorres con ansiedad absoluta, avasallante como la orilla de  un mar irreverente.
¿A qué volviste?
¿Quien en su afán de paz te dio la libertad?,
porque no te perdiste del camino y te enganchaste en algún corazón frío.
Regresaste como siempre, sospechada, presumida,
con tus plumas de pavo real cortejante,
como historia repetida de abril te colaste entre las sábanas de una cama tibia que dormía tranquila.
¿Será que somos como una de otra?, y sentirte libertada de mí, te ahoga, te mata, te asfixia, por eso esta nueva visita, que entre el revuelo y el desparpajo que te describe, me grita soy la nostalgia, dame la bienvenida.

Todo pasa

Todo pasa,
Pasa la lluvia, los días de sol, el tren de las doce y hasta la gripe más inesperada,
pasa el avión que veo desde mi ventana, el informativo de la mañana, hasta el cartero,
los recuerdos malos y también los buenos, los primeros más lentos, pero también pasan,
las resacas de vino, la vergüenza del la primera vez y la alegría disparatada.
Pasan las noches silenciosas, las ruidosas, las solitarias, y hasta la más estrafalarias,
Y es que todo pasa, incluso yo, que andando con mi lento paso, y de paso en paso, también paso,
solo que esta vez paso de ti.
Octubre, 2008

Contemporáreo

Con todo lo que nos ha regalado la tecnología, los amigos, los enemigos, los despechados, los enamorados e incluso, lo que no saben en que estado están se pueden enviar a través de un aparatejo mensajes sms, emails, correo de voz, en fin, información, por ejemplo a mí, hace poco alguien valiéndose de la tecnología me envió un mensaje que decía: “ te envío un abrazo a plazos y un beso ultramarino”, la verdad sólo entendí la mitad del mensaje, es decir los objetos si, pero los adjetivos no, cuando solicité alguna explicación me contestaron, tómalo como arte contemporáneo, y he allí mi problema.

¿Qué supone la contemporaneidad?, a ¿qué se le otorga el compendio de toda esta extensa palabra?, ¿en cuál periodo se le ubica?, ¿qué la contiene?, o por el contrario ¿qué contiene?, ¿cuál elemento sobre natural la hace adjetivo de algo más?, en fin, ¿será que lo contemporáneo es tan complejo que necesita ser exquisitamente extraño, para poder definirse en si mismo?.

Recientemente visité el MUAC, el Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad de México, un paseo que llegó inesperadamente y se convirtió en el padre e inspirador de toda esta angustiante reflexión.

Cuando se me habla de arte recuerdo los dos parámetros de estudio de la estética, la esencia y la percepción, sin embargo todo se complica cuando entra al partido el objeto de estudio, la belleza en el arte.

Si bien es cierto que en la tradición cristiana se nos ha dicho que Dios nos otorgó el libre albedrío, aunque esta creencia también tiene implicaciones, éticas, psicológicas y hasta científicas, de cualquier modo nuestro libre albedrío nos da el poder de elegir y tomar nuestras propias decisiones, entre ellas las de decidir si algo es bello o no, y entendido de ese modo, creo que las normas de la estética contemporánea me causan distorsión.

Me pregunto, ¿será que mi nivel de percepción y asimilación de las artes plásticas se quedó enmarcado en las líneas perfectamente construidas?, ¿en la armonía de los volúmenes y los espacios?, ¿tal vez en la contrastación de los colores?, o será que soy limitada y mi libre albedrío sólo me deja percibir algunas cosas, porque esto también me pasa con la música, no lo sé, o es quizás que mi restringido campo de experiencia no puedo ver la belleza en algunas cosas.


En todo caso, alguien me puede explicar como un Anubis ( Dios egipcio encargado de guiar al espíritu de los muertos al "otro mundo”) de plástico e inflado, colgado de una polea sobre una pesa acompañado de un peluche con figura de cachorrito tenido de pintura plateada bajo la técnica de los brochazos dispares es una obra de arte costosísima expuesta en un museo de alto nivel y con un precio exorbitante. No me imagino al “Dios de los Muertos” parqueado en un parque, oficina o peor aún en la sala de una casa mostrando todo su esplendor de polietileno.

En mi visita al MUAC si algo sorprendió y desencajó completamente mi estructura de percepción, fue el montaje del artista Miguel Ventura, una especie de laberinto delirante titulado Cantos Cívicos. Se trata de una instalación donde el rojo, amarillo y negro ornamentan pasillos y recovecos que lo llevan hasta un segundo piso donde hay un laboratorio con ratas vivas, sin embargo lo que llama la atención son la imágenes expuestas en sus paredes que bajo un efecto disonante me mostró un mamotreto al que aún no le encuentro explicación.

A la entrada del montaje unas líneas explicaban que era una crítica a los regímenes totalitarios, sin embargo a mí me pareció un todo sin nada, una parafernalia de fotografías nazis que de pronto decantan en un collage de fotografías eróticas para encontrar a unos pasos muestras de penes erectos, figuras de ratas en el piso y vasijas con excremento y símbolos de la SS, para al final ser una obra con un gran espacio, en una importante recinto, que pretende convertirse en una gran obra plástica y que a mí me dejó un gran sin sabor intelectual.

Que me perdonen los artistas, pero esto no es una crítica convencional, ni más faltaba, es una reflexión natural a mi escasa comprensión y a lo incomprensible que se me ha convertido el arte contemporáneo, al cual pocos tienen acceso, otros pagan por tenerlo, y muchos como yo no lo entendemos.

Ya no

No te espero, porque ya no te busco.